Hace tiempo, por causas que no vienen al caso, y por terceras personas
que intentaron destruir todo aquello en lo que creía y quería, con la
intención de tapar la salida que la vida me estaba brindando para salir
del pozo en el que me encontraba, prometí a alguien que estaba en el
otro bando y a quien quería muchísimo que si no era con ella no seguiría
con el proyecto de Shan Hu.
Esta promesa no tenía connotaciones sentimentales más allá de una fuerte amistad, y de que esta persona me había prometido ayudarme con ciertos aspectos de edición en los que yo era ignorante, pero después de haber estado un año en el proyecto no se había avanzado absolutamente nada. He de agradecerle no obstante los trabajos que hizo para la versión anterior y eso quedará para siempre en mi memoria, así como lo buenos momentos vividos juntos, pero la situación sujeta a terceros se derrumbó, le hice la promesa y perdimos el contacto. Y desde aquí le deseo de todo corazón que todo le vaya todo lo bien que pueda irle, ya que no le guardo ningún tipo de rencor.
La cuestión es que la promesa ha tenido sus consecuencias, como el abandono del blog del juego, y todo este tiempo mirando las ideas y proyectos en mi mente, en cuadernos, apuntes... abandonados, ni tan siquiera veía películas del género... mis palabras han pesado como una losa y he aguantado el peso. Incluso llegué a perder las claves de acceso al blog, por fortuna he podido recuperarlo desde mi correo personal.
Pero Shan Hu es para mi como un hijo, y un padre no puede abandonar a su hijo demasiado tiempo, sobre todo cuando muchas personas me pedían más, y bien saben las fortunas que he intentado cumplir mi palabra y lo he hecho durante años, pero desde hace algún tiempo, mi sangre se acelera cuando pienso en escribir, en recorrer los senderos de las Tierras Imperecederas, mi cerebro es como una tormenta de ideas que desea mostrar ese mundo, Shan Hu me esta pidiendo volver a él, de hecho me siento como uno de sus personajes (Quien pertenece a Shan Hu, nunca deja de hacerlo), como el guardián de la Reina Serpiente, que después de haberse retirado y haber colgado su espada para siempre, se ve obligado a regresar a la acción por algo mayor que él mismo.
Llevo días encontrando anuncios de artes marciales, libros que hablan del folclore oriental, y mi cuerpo me esta pidiendo volver a entrenar, ahora que dentro de un mes mi economía se estabilizará.
Es por esta razón que después de mantener mi promesa por un luto sobre una amistad perdida, creo necesario y pertinente seguir el camino, y seguir construyendo el que es mi mayor proyecto.
No quiero extenderme más, queda mucho camino por delante y solo estoy dando los primeros pasos. Si queréis venir conmigo en este viaje, solo tenéis que hacerlo...
Esta promesa no tenía connotaciones sentimentales más allá de una fuerte amistad, y de que esta persona me había prometido ayudarme con ciertos aspectos de edición en los que yo era ignorante, pero después de haber estado un año en el proyecto no se había avanzado absolutamente nada. He de agradecerle no obstante los trabajos que hizo para la versión anterior y eso quedará para siempre en mi memoria, así como lo buenos momentos vividos juntos, pero la situación sujeta a terceros se derrumbó, le hice la promesa y perdimos el contacto. Y desde aquí le deseo de todo corazón que todo le vaya todo lo bien que pueda irle, ya que no le guardo ningún tipo de rencor.
La cuestión es que la promesa ha tenido sus consecuencias, como el abandono del blog del juego, y todo este tiempo mirando las ideas y proyectos en mi mente, en cuadernos, apuntes... abandonados, ni tan siquiera veía películas del género... mis palabras han pesado como una losa y he aguantado el peso. Incluso llegué a perder las claves de acceso al blog, por fortuna he podido recuperarlo desde mi correo personal.
Pero Shan Hu es para mi como un hijo, y un padre no puede abandonar a su hijo demasiado tiempo, sobre todo cuando muchas personas me pedían más, y bien saben las fortunas que he intentado cumplir mi palabra y lo he hecho durante años, pero desde hace algún tiempo, mi sangre se acelera cuando pienso en escribir, en recorrer los senderos de las Tierras Imperecederas, mi cerebro es como una tormenta de ideas que desea mostrar ese mundo, Shan Hu me esta pidiendo volver a él, de hecho me siento como uno de sus personajes (Quien pertenece a Shan Hu, nunca deja de hacerlo), como el guardián de la Reina Serpiente, que después de haberse retirado y haber colgado su espada para siempre, se ve obligado a regresar a la acción por algo mayor que él mismo.
Llevo días encontrando anuncios de artes marciales, libros que hablan del folclore oriental, y mi cuerpo me esta pidiendo volver a entrenar, ahora que dentro de un mes mi economía se estabilizará.
Es por esta razón que después de mantener mi promesa por un luto sobre una amistad perdida, creo necesario y pertinente seguir el camino, y seguir construyendo el que es mi mayor proyecto.
No quiero extenderme más, queda mucho camino por delante y solo estoy dando los primeros pasos. Si queréis venir conmigo en este viaje, solo tenéis que hacerlo...